miércoles, 26 de septiembre de 2007

La importancia de ser Isaac

A menudo sucede que los acontecimientos fortuitos son los que deciden la suerte de las gentes, y los actos perfectamente planificados fracasan estrepitosamente en un sinsentido de albedrío que nos hace sentir tremendamente pequeños. Este descontrol, esta falta de tacto que la suerte tiene para con nosotros, a menudo consigue desesperarnos, y decide nuestro destino de forma determinante.

Es un pequeño despiste, una variable incontrolable, que origina una omisión, una deliciosa pauta de descontrol y caos, que se desliza entre nuestros dedos como arena de playa. Y es imposible luchar contra ello.

Uno de estos momentos se produjo en el año 1.796, y el protagonista (voluntario o no, jamás lo sabremos) no es otro que Sir Isaac Newton. Tras publicar su Philosophiae naturalis principia mathematica, el mundo se rindió a los pies del genio, y éste cambió Cambridge por Londres, donde le fueron ofrecidos numerosos puestos de responsabilidad. Fue nombrado Preboste del Rey y, entre otras cosas, Director y Custodio de la Casa de la Moneda del viejo continente británico.

Por aquel entonces, y como muchos recordarán, las transacciones económicas mundiales se hacían en oro, plata, o en ambos. Cada país decidió qué tipo de patrón escoger, de acuerdo a sus intereses políticos y comerciales. Unos escogieron acuñar plata, otros hicieron los propio con el oro, y los indecisos y menos poderosos no se decantaron por ninguno de los dos sistemas.

Pero, ¿qué tiene que ver Isaac Newton en todo esto? Como Custodio de la Casa de la Moneda, era el encargado de pesar y equiparar los precios relativos del oro y la plata. ¿Quién mejor que el descubridor de la teoría de la gravitación universal para determinar el peso de un par de lingotes? Habiendo adoptado Inglaterra un patrón bimetálico, era indispensable que los precios relativos entre oro y plata fueran coherentes con el resto de las potencias europeas.

Pero Sir Isaac cometió un ligero error en su cometido.

Estableció un precio para el lingote de plata ligeramente inferior al del resto de Europa. Los más espabilados captaron una oportunidad de hacer dinero inmediatamente: podían vender plata británica en el extranjero, y así obtenían un equivalente en oro superior al que obtendrían en cualquier banco inglés. Podía hacerse mucho dinero, y podía hacerse rápido y sin riesgos, pues los grandes bancos avalaban las operaciones internacionales.

Sucedió que, pronto, las arcas de oro de los bancos ingleses se encontraban llenas, y no tenían apenas plata para cubrir su demanda. Porque la plata británica se había esfumado. Esto obligó al gobierno a cambiar su política monetaria hacia el patrón oro. Por consiguiente, muchos países imitaron su actuación, y pronto dejó de ser aconsejable acuñar plata, pues cada vez era más difícil que fuera aceptada.

Inglaterra se vio empujada un poco más, por accidente, a ser la primera potencia económica mundial.

Tal vez fue algo de herrumbre en la balanza de Isaac Newton (posiblemente, la más célebre de todos los tiempos), o quizá un error al anotar el resultado. ¿Pero puede achacarse acaso un error tal a un genio de la humanidad como fue el de Lincolnshire? ¿Previó acaso lo que iba a suceder y dio un golpe maestro?

Quiero acabar con una frase del propio Newton: "Si consigo ver más lejos es porque he conseguido auparme a hombros de gigantes".

5 comentarios:

  1. Me diréis: "sonó la flauta". Es posible. Tras publicar el Principia, Isaac Newton logró abstraerse de todo para dedicarse a una de sus más ocultas pasiones: la alquimia. Algunos dicen que se deprimía y desquiciaba con facilidad, otros, que se envenenó con los productos que él mismo usaba. ¿Fue ese el verdadero motivo? ¿Un descuido? Vosotros opináis.

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  2. Creo que un investigador, en algún caso, y más en el siglo XVIII, busca la verdad. Newton encontró y demostró las leyes de la gravitación universal, creando las herramientas que le hicieron falta para probar y desarrollar sus leyes. Posiblemente esta verdad no fue suficiente. No llenó las ansias de verdad que tenía y se desengañó con la física. La alquimia trascendía la física, le alentaría a buscar otra verdad.

    Improbable. En cuanto a la historia del oro y la plata... posiblemente lo tenía todo calculado con un modelo que tuviera en cuenta todas las variables...

    Besos.

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  3. Personalemnete creo que el gobierno inglés sabía lo que hacía al ponerle en el cargo. Visión de futuro si, pero por parte del estado. O los de siempre. Vaya usted a saber.

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