miércoles, 13 de abril de 2011

La investigación en España

Miércoles, 12:03 PM.
En algún remoto despacho de alguna remota universidad española.

La cita se produce a un horario temprano, prudente, ni demasiado tarde, ni demasiado pronto. Las 12 está bien: acaba de pasar la hora del desayuno, y el sujeto aún tiene ciertas migajas de pan en la pechera. Por su aspecto deduzco que sabe cuidarse.

Ojiplático y asombrado, tal vez, porque soy el primer alumno en 12 años que pretende hacer uso de su horario de tutoría, me mira. Una vez comprueba que, efectivamente, a) mi presencia es corpórea, b) que mi masa desaloja una cantidad equivalente de aire otrora presente en su despacho y c) que la evolución me ha dotado de un pulgar oponible que puedo utilizar para tareas básicas de la vida cotidiana como sujetar un bolígrafo o comprar un iPhone, se anima a entablar conversación conmigo.

"Hola", dice despacio, con la esperanza de que su idiosincrasia cotidiana no se vea severamente afectada por mi tan inoportuna existencia. Coincidir con él en el mismo espacio vale, pero coincidir además en el tiempo es algo con lo que definitivamente no contaba.

"Ahora mismo no te localizo", me comenta, con una sonrisa. Sospecho que las 14 llamadas y las 3 conversaciones que he mantenido con él en la última semana han sido una farsa, y que en realidad era el conserje el que me atendía.

Me presento a mi tutor de tesis por enésima vez, alegre, en parte, porque es posible que en un futuro no muy lejano necesite un doctor que trate su incipiente discapacidad sensorial, y que, en ese mismo momento estará tratando de obtener su título, al igual que yo.

Para comprobar que, efectivamente, no soy un impostor cuya meta es hacerle perder veinte minutos de su vida haciéndome pasar por un desequilibrado mental que ha sentido un repentino interés por una rama muerta de las matemáticas, comprueba mi ficha en su "aula virtual". Le enseñaron a usarla hace poco con lo que, imagino, la industria de las fichas de alumno y los fotomatones estarán pasando por un severo declive.

Abre su Mac Book Pro, apellidado "2.500 €" por parte paterna y "me quedo con las subvenciones de la comunidad en vez de contratar un becario que podrías ser tú" por parte materna.

"Ah, ya sé quién eres", comenta. Dios mío, pensé, ¡sabe quién soy! ¿Habrá leído mis trabajos?

"Tengo que decirte que tus trabajos no aportan nada nuevo" me dice, respondiendo a mis pensaciones, para resumir. ¿En qué nalga prefiere que le dé la patada?

En momentos como este es cuando agradezco que el permiso de licencia de armas no se obtenga inmediatamente y hagan falta un par de días (he de reconocer que nunca he sido muy paciente). Severos años de condicionamiento pavloviano en un sistema de educación pública ineficiente e ineficaz impiden que de mis labios salga la pregunta: "¿Y a quién no le aportan nada nuevo, concretamente?".

En vez de eso, y tras cerciorarme de que hablamos la misma lengua, le comento que él mismo exigió que nuestro trabajo se basara en el estudio de otro ya existente, no original (no vaya a ser que alguien avance algo por error), pero que a pesar de todo la metodología de cálculo sí sugiere alguna mejora.

Me mira fijamente, poniendo la misma cara que mi perro cuando ve en la tele muchos colores que se mueven muy rápido. Inconscientemente, me pregunto si también él verá en escala de grises y si para seguir en su campo de visión necesitaré un currusco de pan.

¿Que hay que salir al extranjero para buscarse la vida y tener un trabajo digno? ¡Qué tontería! ¡Pero si está claro que mi tutor tiene un trabajo más que digno! ¿Porqué iba él a hacer algo así?

¿Que el sistema de becas en España no es suficiente? ¡Qué idiotez! Lo que pasa es que la gente pretende solamente estudiar, y así no se va a ningún lado. Ni se cotiza ni ná.

¿Acaso tener tres postgrados implicaque seas una persona productiva? ¡En absoluto! Lo que hace la gente es hinchar su currículum en vez de trabajar, en el fondo no saben hacer nada.

Si tenéis algún comentario... ¿el miércoles de la semana que viene a partir de las 12?

6 comentarios:

  1. Ingenioso y reflexivo.
    ;)
    ¡Pensaciones! Uuauh...

    Sñor. Todógrafo gracias por publicar de nuevo, se LE echaba en falta.

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  2. La investigación en general es un dolor. Y en España, dos dolores. Como diría el gran filósofo Gandalf: "Huíd, insensatos!"

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  3. Tenía que desahogarme de alguna manera.

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  4. No estarás hablando de mi profesor de IC?

    :P

    Genial

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  5. novarZ, menos mal que con Bolonia y el EEES todo esto se soluciona ya. Eh... esto... espera...

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