domingo, 2 de diciembre de 2007

...that's got his own

Después de éste festival de ausencias, mi justificación sonará cobarde y triste, pero es irremediable. Quiero darme un homenaje, así, tan gratuitamente, sin esperar que los que han visitado este blog desde que no ha sido actualizado (algunos haylos) no se sientan menos que decepcionados.

Descuidado, sí. Abandonado, no.

Para los que tienen la manía o la virtud de la paciencia, les mando un abrazo en forma de canciones.

La voz de Billie Holiday era la manera que Dios usaba para susurrar al mundo las notas más bellas. Nunca supo distinguir entre lo que cantaba y lo que vivía, y cuando se terminó lo primero, dejó de tener sentido lo segundo. Las palabras que menciona en cada estribillo son especialmente significativas, notables, a la par que dolorosas. Y, como siempre, encierran una pequeña verdad.

Para los amantes de las pequeñas verdades, y los que gustan de fantasear con grandes mentiras, un abrazo virtual. Con ustedes, Billie.

5 comentarios:

  1. Por fin !!!! nos habíamos quedado dormidos...

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  2. Dios??? Billie??? Uffff, ¡no me digas que Dios era también alcohólico y adicto al caballo! uuuussssss...así acabó su hijo...


    Sex, Drugs and Jesus Christ

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  3. qué regalo, y sin ser navidad ni nada.
    busqué las pequeñas verdades que apuntabas... merece la pena esperar a que escribas.

    Besos.

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  4. Vaya. Perfecta elección de palabras para ella. Me encanta.

    Y bien hallado!

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