miércoles, 26 de enero de 2011

La edad maldita del rock: El club de los 27 (I)

"Vive deprisa, muere joven y deja un bonito cadáver". Esta perla la soltó James Dean y, como era un hombre de palabra, antes de que se estrenara "Rebelde sin causa", perdió la vida en un cruce cuando otro coche se empotró contra su maravilloso Porsche Spyder a la edad de 24 años (en su defensa, debemos decir que la culpa fue del otro).

A diferencia del nacimiento, que nunca se elige y que, sin embargo, marca para siempre la vida de las personas, a la muerte sí es posible tentarla y es a los demás a quienes conmociona. Culturalmente, es un mito del que nunca escapamos y del que solo tenemos la profecía de su cumplimiento, aunque esté repleta de certeza: sucederá, tarde o temprano.

Hoy trataremos con Janis Joplin, Jim Morrison, Kurt Cobain, Jimy Hendrix y Brian Jones. Porque, ¿saben qué tienen todos ellos en común? Aparte de ser músicos de lo excelente, nos dejaron nada más cumplir dos años más que el cuarto de siglo, la edad maldita del rock: 27 años.

James Marshal Hendrix, a quien sus amigos llamaban Jimy, el zurdo de los dedos ligeros, tocaba al revés la guitarra sin cambiar el orden de las cuerdas (como después haría el propio Cobain, líder de Nirvana), lo que le obligaba a rasguear de abajo hacia arriba. El domingo 17 de Agosto de 1.969 en Woodstock (sí, aquel concierto que no se celebró en Woodstock, sino en Sulivan County) despedía el mayor festival que el sex, drugs and rock n' roll había convocado jamás con "Hey Joe". La canción, un hito del rock moderno, cuenta la historia de un tipo que sorprendió a su mujer en la cama con otro y ahora la busca mientras empuña una pistola. Definitivamente: los 60's eran otro tiempo y los muchachos del "make love, not war", otra generación. 

El 18 de Septiembre de 1.970 le encontraron en el piso de su novia, en Londres, después de haber ingerido más de la cantidad recomendable de Vesperax, un medicamento para dormir, acompañado de varias dosis nada saludables de vino tinto. Demasiado fácil. Como las teorías conspiratorias muchas veces preceden al nacimiento del mito, no fueron menos en el caso de Hendrix. Uno de sus ayudantes afirmó que Michael Jeffery, su mánager, había inducido el suicidio del artista americano dado que estaba a punto de ser despedido y hubiera podido, así, cobrar el seguro médico.

El Rey Lagarto ("yo parto y reparto"), más conocido como Jim Morrison, el artista filósofo y provocador, que llenaba estadios y competía en audiencia con los Beatles o los Rolling Stones, también nos dejó a la edad de 27 años. Hoy, su tumba, en el cementerio de París, probablemente sea una de las más profanadas, hasta el punto de que cabe la duda razonable de que su cuerpo no se encuentre allí. Curiosamente, sus cuentas corrientes y tarjetas de crédito siguen vigentes porque así lo expresó él mismo en su testamento.

Morrison era amante de los alucinógenos y jamás toleró cualquier droga que pudiera administrarse por vía intravenosa, ni en él mismo ni en los que le acompañaban. Y, como no podía ser de otra manera, nuestro admirado Jim nos dejó un 3 de Julio de 1.971, con muchas dudas sobre el motivo de su muerte. No hubo autopsia, de manera que se le diagnosticó un paro cardíaco. ¿Sobredosis? ¿Suicidio? ¿Asesinato? ¿Acaso fingió su propia muerte y pasea hoy en día por algún barrio de París, libre de las cargas de la sociedad del siglo XXI, feliz y despreocupado?

Por ahora dejamos a Joplin, Jones y Cobain para un segundo episodio, que llegará pronto.

Los números son importantes, y sí, gobiernan nuestra vida, pero no significan nada. La numerología es un juego recreativo que siempre divierte, pero nunca condiciona. Morir a los 27 no responde a un orden de la naturaleza. No se arrebata la vida de los genios que pactaron con el diablo el susurro de unas musas que prometieron ascenderles hasta lo más alto. Tal vez, simplemente, sea la edad máxima hasta la que se puede vivir peligrosamente (a excepción de Ozzy Osbourne, claro).

Lo único verdaderamente relevante, lo que de verdad merece la pena, es querer cambiar el mundo a los 27.

Porque, afortunadamente, para tener 27 años no importa la edad que uno tenga.

2 comentarios:

  1. Me ha parecido un artículo interesante, no te olvides porfi, de nombrar una frase de Kurt;
    Me siento como si la gente quisiera que me muera, porque así se cumpliría la clásica historia de rock'n'roll.
    Un saludo!

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  2. Gracias por la aportación! Es verdad que me topé con esa frase al redactarlo, prometo incluirla en la segunda parte :)

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